Al parecer, en su “Systema Naturae”, Linneo (1707-1788), haciéndose eco de los relatos de ciertos viajeros, estableció la existencia de una especie humana de hábitos casi exclusivamente nocturnos y bastante menos desarrollada que sus/nuestros congéneres "Homo sapiens"... Estos parientes próximos fueron etiquetados por el sabio sueco como "Homo troglodytes". Incluso llegó a especular con una tercera especie que poblaría las inhóspitas, e inexploradas, regiones antárticas: el "Homo caudatus"... pues estaría provisto de cola...
También aventuró que, posiblemente, estas especies constituyeran eslabones entre el hombre actual y ciertos monos antropoides. https://static.cambridge.org/binary/version/id/urn:cambridge.org:id:binary:20190801102739
195-0114:S016511531900024X:S016511531900024X_fig2g.jpeg?pub-status=live
... y así lo veía Arthur O. Lovejoy (1873-1962) en su obra “La gran cadena del ser”: “El principio de continuidad.... hizo que los naturalistas buscaran formas capaces de ocupar el lugar de los “eslabones” (aparentemente) perdidos de la cadena,... como el caso entre el mono y el hombre...”https://www.antiqbook.com/images/AB_images/r/rarebo_74472.jpg
Si leyéramos los escritos de Tyson, tal vez comprenderíamos mejor sus ideas... como (yo) no voy a hacerlo... me limito a interpretar lo "dicho por Gould"...Tyson "hablando de" los pigmeos (a los que confundía con los "chimpancés juveniles", pues emplea indistintamente ambos términos)... “Nuestro pigmeo tiene muchas ventajas respecto a resto de sus especie, pero sigo pensando que no es más que un tipo de simio... Pero aunque no es un hombre debe de ser algo más que un simio común, más bien una especie de animal entre ambos... ... En esta cadena de la creación, como eslabón intermedio entre un simio y un hombre, yo situaría a nuestro pigmeo...
..........
... en cuanto se acostumbró un poco a llevar ropa, se encariñó mucho con ella... Se acostaba en una cama, ponía la cabeza sobre una almohada y se cubría con las ropas, como habría hecho un ser humano; pero era tan descuidado y bruto, que siempre atendía a la llamada de la naturaleza en aquel lugar...
... Le he oído llorar como un niño... ha sido observado dando patadas en el suelo, como hacen los niños, cuando estaba contento o irritado...
..........
... En una ocasión se le emborrachó con ponche..., pero pudo observarse que, a partir de aquel momento, se negaba a beber más de una copa... Vemos así que el instinto de la naturaleza enseña la templanza a los brutos; y que su ausencia es un crimen, no sólo contra las leyes de la moralidad, sino también contra las de la naturaleza"