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Si en otras de sus obras, S. J, Goud... "toca" diferentes temáticas...
... en ÉSTA.... se centra exclusivamente... en nuestra especie...
... y en los diferentes (y generalmente fallidos) intentos de "clasificarla/calificarla".
https://cloud10.todocoleccion.online/libros-segunda-mano/tc/2015/05/14/19/49342229.jpg
La presente "entrada se ocupa", básicamente, en los primeros capítulos "del LIBRO"...
... en los que abundan ideas deterministas...
... (afortunadamente fenecidas, salvo en mentes muy, muy... muy obtusas)
... elitistas, racistas y/o machistas.
Linneo (1707-1778) en su "Systema naturae" (1758), al mencionar nuestra especie, realiza la siguiente distinción: Homo sapiens europeus "está gobernado por las costumbres", mientras que Homo sapiens afer (el negro africano) "está gobernado por el capricho", era indolente y cubría su cuerpo de grasa, mientras que sus hembras carecían de pudor y producían leche en abundancia (Femines sine pudoris; mammae lactantes prolixae)
Linneo (1707-1778) en su "Systema naturae" (1758), al mencionar nuestra especie, realiza la siguiente distinción: Homo sapiens europeus "está gobernado por las costumbres", mientras que Homo sapiens afer (el negro africano) "está gobernado por el capricho", era indolente y cubría su cuerpo de grasa, mientras que sus hembras carecían de pudor y producían leche en abundancia (Femines sine pudoris; mammae lactantes prolixae)
Cuvier (1769-1832) consideraba (1812) a los africanos “la más degradada de las razas humanas, cuya forma se asemeja a la de los animales y cuya inteligencia nunca es lo suficientemente grande como para llegar a establecer un gobierno regular”.
... y refiriéndose a la “Venus Hotentote”: “Tenía una manera de colocar los labios... igual a la que hemos observado en el orangután. En sus movimientos había algo de abrupto y al mismo tiempo de fantástico, como en los del mono. Sus labios eran monstruosamente grandes... Sus orejas eran como las de muchos monos... Nunca he visto una cabeza humana más parecida a la de un mono que la de esta mujer”.
Y Lyell (1797-1875): “El cerebro del bosquimano remite al del simio... Cada raza de hombre tiene un puesto propio, como sucede entre los animales”.
Darwin (1809-1882) creía que la diferencia entre monos y hombres iría cada vez haciéndose mayor ("El origen del hombre", 1871), cuando se extinguieran (y "no debía faltarles mucho") las "especies intermedias" como el chimpancé y el hotentote: “Entonces la grieta será más amplia, pues se insertará entre el hombre caucásico y un mono inferior como el babuino, en vez de... como en la actualidad, entre el negro o el australiano y el gorila”.
La exclusiva creación de Adán y Eva relatada por el Génesis... defendía un único origen para todos los pueblos. Esta concepción recibió el nombre de monogenismo.
<Las razas humanas son producto de la degeneración que sucedió a la perfección del Paraíso. Esa degeneración ha sido mayor o menor según las razas, menor en los blancos y mayor en los negros. Con mucha frecuencia se invocó sobre todo el factor climático para explicar las diferencias raciales...>
Además, el "cruzamiento viable" entre las diferentes razas, garantizaría su pertenencia a la misma especie. Ésta era la opinión de Buffon (1707-1788), autor que también estaba convencido de que "las razas inferiores" mejoraría si viviesen en mejores hábitats: “El clima más templado se encuentra entre los 40 y 50 grados de latitud, y produce los hombres más apuestos y bellos. De este clima es del que deben extraerse las ideas sobre el color genuino de la humanidad, y sobre los diferentes grados de belleza”.
... y refiriéndose a la “Venus Hotentote”: “Tenía una manera de colocar los labios... igual a la que hemos observado en el orangután. En sus movimientos había algo de abrupto y al mismo tiempo de fantástico, como en los del mono. Sus labios eran monstruosamente grandes... Sus orejas eran como las de muchos monos... Nunca he visto una cabeza humana más parecida a la de un mono que la de esta mujer”.
Y Lyell (1797-1875): “El cerebro del bosquimano remite al del simio... Cada raza de hombre tiene un puesto propio, como sucede entre los animales”.
Darwin (1809-1882) creía que la diferencia entre monos y hombres iría cada vez haciéndose mayor ("El origen del hombre", 1871), cuando se extinguieran (y "no debía faltarles mucho") las "especies intermedias" como el chimpancé y el hotentote: “Entonces la grieta será más amplia, pues se insertará entre el hombre caucásico y un mono inferior como el babuino, en vez de... como en la actualidad, entre el negro o el australiano y el gorila”.
https://www.saludiario.com/wp-content/uploads/2017/04/Evolucion-Origen-Hombre.jpg
<Las razas humanas son producto de la degeneración que sucedió a la perfección del Paraíso. Esa degeneración ha sido mayor o menor según las razas, menor en los blancos y mayor en los negros. Con mucha frecuencia se invocó sobre todo el factor climático para explicar las diferencias raciales...>
Además, el "cruzamiento viable" entre las diferentes razas, garantizaría su pertenencia a la misma especie. Ésta era la opinión de Buffon (1707-1788), autor que también estaba convencido de que "las razas inferiores" mejoraría si viviesen en mejores hábitats: “El clima más templado se encuentra entre los 40 y 50 grados de latitud, y produce los hombres más apuestos y bellos. De este clima es del que deben extraerse las ideas sobre el color genuino de la humanidad, y sobre los diferentes grados de belleza”.